domingo, 25 de abril de 2010

Recicladores S.A.

Recorriendo calles, plazas, parques, escuelas y centros comerciales, los recicladores recogen a diario unas mil 800 toneladas de las 4 mil 500 de material de desecho, pero no inútil, que los limeños lanzamos a las calles. Así han encontrado una forma de ganar ingresos que les permite vivir y mantener a sus familias.

Papel, cartón, envases de plástico y vidrio, objetos de metal y otros son materiales reciclables, y encontrarlos entre los desechos que revisan cada día es una fortuna para quienes se dedican a esa tarea. En el Perú y el mundo han surgido nuevos tipos de empresas exitosas que se encargan de tratar los desechos y transformarlos en nuevos productos que lanzan al mercado. Son nuevas fuentes de trabajo.

La labor de los recicladores se ha vuelto muy importante, ya que solo reprocesar papel o cartón impide la tala de millones de árboles en el mundo entero.
En nuestro país, sin embargo, las autoridades municipales aún no toman conciencia; ¿lo harán algún día? Es muy importante enseñar a los vecinos a separar los materiales inorgánicos (papeles, el plástico, el metal y el vidrio), de los restos orgánicos (restos de comida cruda o preparada que diariamente se eliminan en los hogares).

Hay que resaltar el esfuerzo pionero de las municipalidades de Surco, Callao y Villa El Salvador, que desde hace varios años han entrenado a sus vecinos para separar los objetos de desecho, antes de lanzarlos a las calles convertidos en “basura”, y les dan una simbólica retribución por ello. De la importancia del reciclaje en el Perú nos habló Yolanda. La encontramos en una de las tantas colas que hay que hacer cada día y me llamó la atención su pulcro uniforme verde con un logotipo que indicaba que pertenecía al Movimiento Nacional de Recicladores del Perú, que agrupa, en todo el país, a más de 100 mil personas. Sonriente, amable, ella nos habló con alegría de la ley de reciente promulgación, apoyada por el ministro del Ambiente, Antonio Brack, que reconoce el trabajo de los recicladores, que dejarán de ser informales cuando los todos los municipios colaboren con ellos y les den facilidades para su trabajo.

Yolanda está contenta porque ahora, en sus labores diarias, los recicladores que cuentan con apoyo municipal usan guantes, mascarilla, botas y otros instrumentos que evitan los riesgos de manipular basura.

Aunque no lo dijo, sentimos que estaba contenta porque gracias a esa nueva ley ella ha encontrado su lugar en el mundo: ha dejado de ser uno de los miles de peruanos que escarban cada noche en la basura y a quienes, sin reconocer el servicio que nos brindan, nos permitimos tratar mal, para convertirse en una persona con oficio reconocido y útil para la sociedad.

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