domingo, 25 de abril de 2010

Con cheque ó efectivo?

En la semana que pasó se publicó el decreto que establece el derecho que tiene el trabajador a elegir la entidad financiera en la cual su empleador le debe depositar su remuneración.

De esa manera se pone fin a la creciente y restrictiva práctica, desarrollada durante los últimos años, mediante la cual el empleador acordaba directamente el manejo total de su planilla con un solo banco, forzando de esa forma a todos los trabajadores a tener que mantener una cuenta en esa entidad financiera, al margen de si deseaban ser sus clientes o no. Simplemente, estaban obligados.

Ahora, el trabajador recupera su derecho a la elección y, con ello, se crea un incentivo adicional para que el banco del empleador se esfuerce en brindar un buen servicio y, así, tratar de retener al trabajador. Ya que la planilla dejó de ser un mercado cautivo, otros bancos podrán competir por captarlo. Es una muy buena decisión. Toda medida que aumenta la libertad y fomenta la competencia siempre desarrolla un sano mercado.

Por otro lado, también es positivo que se esté considerando archivar el proyecto de ley que establecía la bancarización obligatoria de las planillas laborales. Si bien el grado de bancarización del país es muy bajo –solo el 25% de la población adulta tiene acceso al sistema bancario, frente a un promedio de 96% en los países desarrollados–, la manera de ir incrementándolo tiene que ser por la vía del mercado, convencer al consumidor de los beneficios que le da el tener su dinero en un banco. Para ello sería necesario, para el sistema bancario, el ir mejorando los servicios y ampliando la cobertura de agencias en el país, por ejemplo.

Pero el camino a la bancarización del país no puede convertirse en una sentencia de cadena perpetua con una ley que obliga, o condena, a todos los trabajadores a tener que usar un banco. No se puede utilizar la excusa del bajo nivel de penetración financiera para intentar justificar el aprobar una severa restricción al derecho a la elección que tiene cada ciudadano. Derecho que también comprende el pago en efectivo para todos aquellos que así lo quieran.

Que los trabajadores elijan libremente con qué banco desean trabajar o si desean recibir en efectivo su salario. Mientras que el Gobierno se debe dedicar a eliminar barreras y obstáculos en lugar de estarlos creando.

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